Los días pasan, y el invierno se asoma con descaro, un año más las
mismas calles, las mismas caras, algún café de más y algún mal rato de
menos, un puñado de anécdotas nuevas, un tequila por tomar, y un par de
tardes por olvidar. Es extraño eso de cerrar los ojos, apretar fuerte
las pestañas y asimilar que te quedan unos meses para dar un giro de
180º, que esto se acaba, que creces, que te vas, que todo lo que siempre
has querido queda atrás, enredado en esas vidas que ocupaste, en
aquellas en las que te hiciste un hueco, en cada sonrisa que compartiste
y que pronto solo serán eso, parte del pasado, pretérito imperfecto, y
tanto que imperfecto.
Y aunque parezca mentira nada te ata, ni aquí ni en ningún sitio, así
que pisa el acelerador, arranca y empieza a disfrutar, aún queda mucho
que vivir.
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